Proyecto de Comprensión para Educación Infantil

miércoles, 11 de mayo de 2016

El rio Palancia

¿Por qué no tiene agua nuestro río?


Tal vez, esta ha sido la preguna más difícil a la que ha tenido que responder nuestro primer equipo de investigación. Pero también es la pregunta más lógica que uno puede hacerse al observar el Palancia.


Le siguieron otras preguntas cómo:

  • ¿Quién lo ha "construido"?
  • ¿Dónde nace el río?
  • ¿Cuántos años tiene?
  • ¿Cuánto mide?
  • ¿Para qué sirve?
  • ¿Por qué es importante?

Así fuimos construyendo un conocimiento más profundo sobre nuestro río.



Surgieron muchas palabras y conceptos nuevos.
Cauce, inundación, brotar, sierra montañosa, desembocadura, embalse, pantano, acequia...

Y muchas otras preguntas que no pudimos responder pero que dejan abiertas las puertas a nuevas investigaciones
¿Por qué se llama "Palancia"?
¿Fue antes el río o Sagunto?
¿Cómo se hace un río?

Un espacio natural por descubrir porque, aunque en su paso por sagunto no lo parezca, es rico en flora y fauna; así como fundamental para nuestra agricultura.


¡Un río como nuca lo habías imaginado!





+ info: 
Recorriendo el Palancia
Visitando el nacimiento del río Palancia

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Antes de comentar, queremos contarte un pequeña fábula de Sócrates:
Al margen de que esta historia sea cierta o no, puede hacerte reflexionar sobre las cosas que dices cada día.

Cuentan que un día un conocido se encontró con el filósofo y le dijo:
—Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?
—Espera un momento —replicó Sócrates—. Antes de continuar me gustaría que pasaras un pequeño test a lo que vas a decir. Lo llamo el triple filtro.
—¿El triple filtro?
—Eso es. Antes de que digas nada sobre mi amigo puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir. El primer filtro es el de la verdad. ¿Estás completamente seguro de que lo que me vas a decir es verdad?
—No —respondió el otro—. Solamente acabo de escucharlo…
—Está bien —dijo Sócrates—. Entonces no sabes si es cierto o no. Ahora el segundo filtro, el de la bondad. ¿Es acaso bueno lo que vas a decir sobre mi amigo?
—No, más bien todo lo contrario.
—Así que lo que me vas a decir es malo, y realmente no sabes si es cierto. Bien, todavía queda el filtro de la utilidad. Lo que me vas a contar sobre mi amigo, ¿es útil para mí?
—No, probablemente no.
—Bien —continuó Sócrates—. Desconoces la veracidad de lo que me quieres decir. Además es malo e inútil. ¿Entonces para qué quieres contármelo?

Gracias por tu tiempo y tu comentario veraz, sincero y constructivo.

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