El rio Palancia
¿Por qué no tiene agua nuestro río?
Tal vez, esta ha sido la preguna más difícil a la que ha tenido que responder nuestro primer equipo de investigación. Pero también es la pregunta más lógica que uno puede hacerse al observar el Palancia.
Le siguieron otras preguntas cómo:
- ¿Quién lo ha "construido"?
- ¿Dónde nace el río?
- ¿Cuántos años tiene?
- ¿Cuánto mide?
- ¿Para qué sirve?
- ¿Por qué es importante?
Así fuimos construyendo un conocimiento más profundo sobre nuestro río.
Surgieron muchas palabras y conceptos nuevos.
Cauce, inundación, brotar, sierra montañosa, desembocadura, embalse, pantano, acequia...
Y muchas otras preguntas que no pudimos responder pero que dejan abiertas las puertas a nuevas investigaciones
¿Por qué se llama "Palancia"?
¿Fue antes el río o Sagunto?
¿Cómo se hace un río?
Un espacio natural por descubrir porque, aunque en su paso por sagunto no lo parezca, es rico en flora y fauna; así como fundamental para nuestra agricultura.
¡Un río como nuca lo habías imaginado!
+ info:
Recorriendo el Palancia
Visitando el nacimiento del río Palancia
19:13
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Antes de comentar, queremos contarte un pequeña fábula de Sócrates:
Al margen de que esta historia sea cierta o no, puede hacerte reflexionar sobre las cosas que dices cada día.
Cuentan que un día un conocido se encontró con el filósofo y le dijo:
—Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?
—Espera un momento —replicó Sócrates—. Antes de continuar me gustaría que pasaras un pequeño test a lo que vas a decir. Lo llamo el triple filtro.
—¿El triple filtro?
—Eso es. Antes de que digas nada sobre mi amigo puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir. El primer filtro es el de la verdad. ¿Estás completamente seguro de que lo que me vas a decir es verdad?
—No —respondió el otro—. Solamente acabo de escucharlo…
—Está bien —dijo Sócrates—. Entonces no sabes si es cierto o no. Ahora el segundo filtro, el de la bondad. ¿Es acaso bueno lo que vas a decir sobre mi amigo?
—No, más bien todo lo contrario.
—Así que lo que me vas a decir es malo, y realmente no sabes si es cierto. Bien, todavía queda el filtro de la utilidad. Lo que me vas a contar sobre mi amigo, ¿es útil para mí?
—No, probablemente no.
—Bien —continuó Sócrates—. Desconoces la veracidad de lo que me quieres decir. Además es malo e inútil. ¿Entonces para qué quieres contármelo?
Gracias por tu tiempo y tu comentario veraz, sincero y constructivo.