"El mestre" Rodrigo
Joaquín Rodrigo Vidre (1901-1999)
Si hay un ilustre en Sagunto, este es Joaquín Rodrigo.
Un gran ejemplo de constancia, esfuerzo y superación para nuestros alumnos. Porque ciego desde los 3 años, a consecuencia de una epidemia de difteria, no abandona jamás su pasión por la música.
“La música tiene una gran función educativa, pero sobre todo, cultiva nuestro espíritu”
Nuestro equipo de investigación se presenta entusiasmado ante sus compañeros dispuestos a presentar al personaje más representativo de Sagunto (corroborado por los datos de las encuestas).
Empieza la entrevista...
¿Dónde nació?
- Se quedó ciego...de pequeño
- Entonces ¿Cómo tocaba el piano?- les preguntan.
- Le ayudaban..-contestan- además aprendió Braille.
- Sí. Palabras en 3D es un papel... por el tacto- les responden.
- ¿Y cómo escribía la música?...
- Ummmm... - silencio....- le ayudaban.
Pero no es la única. También escribió teatro y música para niños.
Tiene una página web para los niños. http://www.minirodrigoes.com/
“He observado que la gente que siente la música es más sensible frente a todas las manifestaciones de la vida”Joaquín Rodrigo
20:29
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Antes de comentar, queremos contarte un pequeña fábula de Sócrates:
Al margen de que esta historia sea cierta o no, puede hacerte reflexionar sobre las cosas que dices cada día.
Cuentan que un día un conocido se encontró con el filósofo y le dijo:
—Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?
—Espera un momento —replicó Sócrates—. Antes de continuar me gustaría que pasaras un pequeño test a lo que vas a decir. Lo llamo el triple filtro.
—¿El triple filtro?
—Eso es. Antes de que digas nada sobre mi amigo puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir. El primer filtro es el de la verdad. ¿Estás completamente seguro de que lo que me vas a decir es verdad?
—No —respondió el otro—. Solamente acabo de escucharlo…
—Está bien —dijo Sócrates—. Entonces no sabes si es cierto o no. Ahora el segundo filtro, el de la bondad. ¿Es acaso bueno lo que vas a decir sobre mi amigo?
—No, más bien todo lo contrario.
—Así que lo que me vas a decir es malo, y realmente no sabes si es cierto. Bien, todavía queda el filtro de la utilidad. Lo que me vas a contar sobre mi amigo, ¿es útil para mí?
—No, probablemente no.
—Bien —continuó Sócrates—. Desconoces la veracidad de lo que me quieres decir. Además es malo e inútil. ¿Entonces para qué quieres contármelo?
Gracias por tu tiempo y tu comentario veraz, sincero y constructivo.