Más de dos mil años...
Sagunto es
una de las ciudades más antiguas de España. Está emplazada junto a la
desembocadura del río Palancia, que muestra un fuerte gradiente hasta
las cercanías de la misma ciudad de Sagunto. La costa baja y arenosa,
cubierta de dunas. La ciudad tiene plano irregular y se divide en dos
núcleos de población principales: la Ciudad Vieja y el Puerto de
Sagunto. Entre medias de ambos, como una subdivision, se encuentran los
siguientes núcleos de población menores: L'Almardà, el Baladre, la
Partida de Gausa y la Partida de Montiver.
El pasado de Sagunto comienza en los yacimientos del Pic dels Corbs, Aixeve, Picaio y l’Albardeta,
pertenecientes a la Edad del Bronce. Durante el siglo V a. C., se
construyeron murallas para protegerse de los peligros, se absorben los
antiguos poblados y pasan a denominarse Arse. Se produce un gran
desarrollo cultural y económico, avalado por la acuñación de moneda
propia y las fructíferas relaciones comerciales con griegos y fenicios.
Este importante crecimiento llega a su fin con motivo de las guerras
entre Roma y Cartago. El ejército cartaginés, bajo la dirección de
Aníbal, destruyó la ciudad tras 8 meses de asedio, en el año 218 a. C.
Este hecho originó la Segunda Guerra Púnica. Después de la victoria
romana se inició un nuevo proceso de expansión y desarrollo de la
ciudad, que pasó a llamarse Saguntum.
En el siglo
VIII cayó bajo la dominación musulmana. Durante esta época la ciudad
pasó a denominarse Morbiter y conoció un nuevo esplendor. Como resultado
de ello se construyeron baños, palacios, una mezquita y escuelas,
siguiendo un trazado urbano desordenado. En 1098 fue reconquistada
por el Cid Campeador, aunque la reconquista definitiva y su
vuelta a la Cristiandad se produjo en 1238 con Jaime I. A partir
de entonces se inició una época en la que convivieron en la misma
población judíos, moros y cristianos.
Históricamente,
la economía de Sagunto se ha basado en el comercio marítimo, la pesca y
la agricultura de secano, esencialmente vinicola. En el siglo XIX
todavía se exportaban vinos y aguardientes a Francia
pero la destrucción de los viñedos por una epidemia de filoxera, y
la posterior conversión del secano en regadío, hizo que el cultivo de la
vid fuera sustituida por el de los agrios (naranjos, limones,
pomelos y otros arboles frutales), que junto con la siderurgia y la
actividad portuaria constituyen la base de la economía actual.
Carlos Fernández Ibáñez
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Antes de comentar, queremos contarte un pequeña fábula de Sócrates:
Al margen de que esta historia sea cierta o no, puede hacerte reflexionar sobre las cosas que dices cada día.
Cuentan que un día un conocido se encontró con el filósofo y le dijo:
—Sócrates, ¿sabes lo que acabo de oír acerca de un amigo tuyo?
—Espera un momento —replicó Sócrates—. Antes de continuar me gustaría que pasaras un pequeño test a lo que vas a decir. Lo llamo el triple filtro.
—¿El triple filtro?
—Eso es. Antes de que digas nada sobre mi amigo puede ser una buena idea tomar un momento y filtrar lo que me vas a decir. El primer filtro es el de la verdad. ¿Estás completamente seguro de que lo que me vas a decir es verdad?
—No —respondió el otro—. Solamente acabo de escucharlo…
—Está bien —dijo Sócrates—. Entonces no sabes si es cierto o no. Ahora el segundo filtro, el de la bondad. ¿Es acaso bueno lo que vas a decir sobre mi amigo?
—No, más bien todo lo contrario.
—Así que lo que me vas a decir es malo, y realmente no sabes si es cierto. Bien, todavía queda el filtro de la utilidad. Lo que me vas a contar sobre mi amigo, ¿es útil para mí?
—No, probablemente no.
—Bien —continuó Sócrates—. Desconoces la veracidad de lo que me quieres decir. Además es malo e inútil. ¿Entonces para qué quieres contármelo?
Gracias por tu tiempo y tu comentario veraz, sincero y constructivo.